Después de muchos años, por no decir todos desde que el Estado se ocupa del tema de las drogas, tres resoluciones públicas reciente muestran tendencias promisorias en el campo de las políticas de prevención y control del consumo y la provisión de esas sustancias.
Primero, el Gobierno por medio de SENDA convocó a una Mesa de Salud Pública para la Revisión de la Ley 20.000 de Drogas, que ha congregado a un conjunto diverso de instituciones de la sociedad civil y las sociedades científicas tales como: la Revista Cáñamo; la ONG Movimiental, la Fundación Daya; la Red Chilena de Reducción de Daños; la Fundación Paréntesis, la Corporación La Esperanza, el Colegio Médico, la Sociedad de Psiquiatría, la Sociedad de Neurología y Psiquiatría Infanto Juvenil, la Sociedad de Psiquiatría y Neurología Infantil y Adolescente (Sopnia) y tres prestigiosos abogados penalistas, entre otros. Los cuatro temas planteados por el Gobierno para revisar la ley de drogas son, a saber: 1) Cambio de calificación del cannabis, de lista 1 a Lista 2 del Reglamento; 2) Establecimiento de umbrales para distinguir porte para el consumo respecto de porte para el tráfico, cantidades de drogas permitidas de poseer o portar; 3)Uso terapéutico del cannabis; y 4) El paso del conocimiento de las faltas por consumo y porte de drogas de la justicia penal a la justicia local.
SENDA reconoce que los usuarios actuales de drogas, en el último año, son 715.017 personas de las cuales, solamente el 9,5%, 97.348, son consumidores problemáticos, de ellos más o menos 51.000 reconocen necesidad de tratamiento, mientras que la capacidad de atención ha llegado a 27.657 personas.
En esa Mesa hay una mayoría de miembros partidarios de hacer reformas fundamentales tendientes a regularizar el consumo y la provisión de esas sustancias, no obstante la minoría conservadora ha desplegado una potente intervención en la Mesa y los medios de comunicación. La constitución de la Mesa y el Informe sobre Consumo de Drogas entre Escolares 2013, con preocupante información sobre el alto consumo de alcohol y creciente consumo de marihuana entre ello, ha generado un debate en los medios de comunicación, marcadamente unívoco en expresar a quienes no quieren ningún cambio en la actual política de drogas.
Segundo, la Directora Nacional de SENDA, doctora Lidia Amarales, ha venido haciendo una presentación de la nueva política nacional de drogas por las regiones del país llamada: “Políticas sobre drogas con enfoque de Salud Pública: el modelo Chileno”. Esta propuesta centra su análisis desde la perspectiva de salud pública basada en los determinantes de la salud, tales como el medio ambiente, el estilo de vida, el sistema sanitario y la biología humana, aquí el estilo de vida es la determinante principal de la salud -50%-, que está a su vez delimitado por la condición social, el ingreso económico, la dotación cultural y el poder político del sujeto personal o colectivo de que se trate, ya que individualmente cada sujeto tiene poca o ninguna posibilidad de gobierno sobre su situación.
SENDA reconoce que los usuarios actuales de drogas, en el último año, son 715.017 personas de las cuales, solamente el 9,5%, 97.348, son consumidores problemáticos, de ellos más o menos 51.000 reconocen necesidad de tratamiento, mientras que la capacidad de atención ha llegado a 27.657 personas. No obstante, el impacto sanitario del uso de drogas y otras sustancias psicoactivas entre los pacientes de un servicio de urgencia de Santiago mostraba que mientras el 21.0% estaba bajo los efectos de benzodiacepinas y el 12.0% de alcohol, solamente el 7,5% de ellos lo estaba por marihuana y el 8,5% por clorhidrato o base de cocaína.
Los problemas de salud, entre ellos los de salud mental donde el uso de drogas es una manera de autogestionarlos, discriminan por pobreza o alta vulnerabilidad social, por lo que es imprescindible incorporar determinantes sociales con intervenciones no sólo centradas en individuo, ya que es el entorno social el que permite generar modificaciones en los estilos de vida. Según la doctora Amarales, las políticas de tratamiento y rehabilitación deben fortalecer y facilitar el acceso de personas que presentan consumo problemático a programas diseñados para tal efecto, considerando las necesidades y particularidades de los beneficiarios. Asimismo, las políticas de integración social de consumidores de riesgo y problemáticos son fundamentales en tanto un porcentaje muy alto de ellos no están integrados a la sociedad y sufren la exclusión social, sin este tipo de políticas, queda inconcluso el sistema de recuperación de aquellos. Esta nueva propuesta de política de drogas deber ser estudiada, comentada y saludada en sus aspectos positivos ya que, entre otras cosas, reconoce a la reducción del daño como un componente válido de la nueva estrategia de intervención.
Tercero, y a no dudarlo el hecho más significativo en la historia de las drogas en Chile, es la autorización que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ha otorgado a la Municipalidad de La Florida –la Comuna más grande de Chile- para instalar un cultivo de 425 plantas de cannabis con el propósito de extraer de ellas aceite con fines terapéuticos, como lo manifestó Ana María Gazmuri, Presidenta de la Fundación Daya, que asesoró este proceso, con este hecho: “Comenzamos a recorrer un camino que constituye una alternativa real para aliviar el sufrimiento de tantas personas que lo necesitan, y ayudar así a construir una sociedad más amable, más empática, más generosa”. Este procedimiento que fue autorizado por SENDA y el Instituto de Salud Pública (IPS), será monitoreado por la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad de Valparaíso. La ejecución de este proyecto piloto para el uso médico de la cannabis es un cambio radical en la política de nacional de drogas, y significa tomar la senda de las nuevas orientaciones internacionales en drogas, ya que como es sabido entre los cincuenta estados que constituyen los Estados Unidos de América en veinte y dos de ellos está autorizada la provisión y el consumo de cannabis con fines terapéuticos y en dos con fines recreativos.
Comentarios
11 de septiembre
Explíqueme don Ibán:
– Es lo mismo manejar con alcohol que con marihuana?
– Es lo mismo trabajar y manejar maquinaria tomado o con marihuana?
– Es mas sana la marihuana que el tabaco?
– Podría fumar marihuana en un restaurant?
– Qué efectos tendría en los demás visitantes de ese local?
-1
11 de septiembre
Y se me olvida:
– Es más sano para un escolar fumar tabaco o marihuana?
– Y para una embarazada?
Gracias
11 de septiembre
Apreciado Juan Pedro:
Le respondo pregunta por pregunta:
– Es lo mismo manejar con alcohol que con marihuana? En ambos casos es peligroso e inaceptable.
– Es lo mismo trabajar y manejar maquinaria tomado o con marihuana? En ambos casos es peligroso e inaceptable
– Es mas sana la marihuana que el tabaco? El tabaco es mas adictivo que la marihuana y la mayor intensidad de consumo es peor para la salud
– Podría fumar marihuana en un restaurant? No si el resto de los concurrentes no quieren, igual cosa debería suceder con el tabaco
– Qué efectos tendría en los demás visitantes de ese local? Como en caso del tabaco deberían haber espacios para fumadores y para no fumadores. hago presente que tanto el tabaco como la marihuana tienen primordialmente una función ansiolítica para sus usuarios.
Es más sano para un escolar fumar tabaco o marihuana? Es pésimo en ambos casos.
– Y para una embarazada? Es pésimo en ambos casos, pero puede ser peor para la madre y el feto si ella se estresa por no fumar, eso sólo lo puede evaluar y decidir la embarazada.
12 de septiembre
OK, gracias por la info.
12 de septiembre
Faltó entre las preguntas
– ¿Es más saludable si me tiro del quinto o del sexto piso?
Nunca pensé leer a gente sin sentido común, pero aquí se ve de todo.