¿Qué propone Ricardo Soberón en Devida?

La República (Perú)
Sábado, 3 de septiembre, 2011

ricardo-soberon-devida2Desnutrición infantil, ausencia de servicios de salud, falta de oportunidades para los jóvenes y un ausente plan de desarrollo integral, es el panorama en el VRAE. La República juntó a expertos y al jefe de Devida, Ricardo Soberón, para que exponga sus planteamientos.

Carlos Castro: Nuestro director, Gustavo Mohme Seminario, tuvo esta iniciativa de realizar un debate no tanto sobre el asunto de lo que hace indeseable al VRAE, como el narcotráfico y el terrorismo, sino para buscar otra mirada de esta zona, de cómo desarrollarla, cómo convertirla en un lugar habitable porque es una zona hermosa. Allí están los cultivos alternativos. Esa es la mirada que queremos tomar en este debate.

Carlos Páucar: Lo primero que queremos hacer es un diagnóstico de la zona, ver cuál es su situación actual y cuál es la visión personal de ustedes a partir del trabajo que desarrollan en sus respectivas instituciones.

Wilfredo Juárez: Tenemos que empezar a asociar la posibilidad del desarrollo del VRAE con un enfoque distinto a lo que se ha venido dando. No podemos argumentar el desarrollo del VRAE solo en términos económicos. Debemos enfocarnos en el desarrollo humano. Tenemos que empezar a revisar los principales  indicadores que tenemos en la zona. Tengamos en cuenta el grado de desnutrición, el grado de inclusión que tenemos en el tema de salud y educación. ¿Cómo se está atendiendo un poblador del VRAE en salud y educación con relación al promedio nacional? A partir de ahí, en el tema de ampliación de oportunidades, tenemos que ver, por ejemplo, cuál es el estado de las carreteras, para mejorar la conectividad. Se habla mucho del asfaltado de Quinua-San Francisco y eso es muy bueno, pero no se está tomando en cuenta que la margen izquierda del valle del río Apurímac, región  Ayacucho, es la segunda zona productora de cacao, luego de Cusco. El 22% de cacao que se produce a nivel nacional viene de Apurímac. ¿Qué se está haciendo por los niños y jóvenes que después se convertirán en los pobladores del VRAE?

Carmen Masías: Ya que se habla sobre diagnóstico, nosotros tenemos una guía base donde se encontró que en la zona existía mucha violencia familiar relacionada con el alcohol. Entonces, estamos trabajando con estas señoras no solamente para darles algún tipo de alternativa sino también para reducir los índices de violencia.

Alejandro Vassilaqui:
El alcalde ha mencionado una cosa importante: el tema de la desnutrición infantil. Las estadísticas varían, pero todas señalan que entre el 35% y el 45% de los niños de la zona están desnutridos. Por otro lado, en el caso particular de San Francisco, el agua tiene una contaminación terrible.

Carmen Masías: Otro punto es que las chicas y los chicos que salen del colegio, que están en quinto de secundaria, realmente no tienen una orientación ni vocacional ni ocupacional, etc. Este es un gravísimo problema, porque piensan “¿después de esto, qué? La presencia del Estado ha sido nula o casi nula en ese sentido.

Ricardo Soberón: Nosotros consideramos al VRAE como una región de todas las sangres. Chankas, huancas, matsiguengas, yaneshas, quechuas, blancos, criollos, etc, y creemos que en los últimos diez años el VRAE ha sido una zona a la que se le ha visto parcializada, segmentada y distorsionada. Devida va a ejercer su rol como ente rector del Estado peruano en materia de drogas. Cuestión que no necesariamente ha sucedido así en materia del VRAE en el pasado. Una prueba de esto es el denominado Plan VRAE que en sus dos versiones no constituyó sino una sumatoria de partidas aplicadas de forma descoordinada. Creemos que las condiciones van a mejorar en la medida en que el Estado, a través del Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior, pueda ejercer control dentro de sus competencias y evitar cualquier acto de irregularidad y corrupción.

Carlos Castro:
¿Por qué fracasaron los planes para el VRAE? Los hubo en el tiempo de Fujimori, Toledo, García, y al final no ocurrió nada. Por el  contrario, los problemas se agravaron.

Ricardo Soberón: Cuando tú no partes de un plan estratégico de lo que quieres hacer, el resto no es más que poner en una misma bolsa partidas que están por ahí desordenadas y desperdigadas. Nosotros debemos partir por entender qué queremos hacer en la zona y lo que ha planteado el premier es que en cinco años debemos reducir las tendencias de crecimiento de cocales y reducir la presencia del narcotráfico.

Alejandro Vassilaqui:
Otros aspectos para el diagnóstico actual: el narcotráfico paga en el río Apurímac 7,7  soles  por  kilo, en Satipo 6,3, en  Aguaytía paga casi 13, en el Huallaga casi 11, en Tambopata - Inambari 15. Entonces el agricultor cocalero del VRAE está recibiendo entre 7,7 y 6,3 soles por kilo, yo no sé por qué pagan menos allí. Sin embargo, están pagando menos al campesino en esta zona.

Wilfredo Juárez: Claro, lo que pasa en el VRAE es que el costo de producción de la coca es sumamente alto y el margen de utilidad ahora es muy poco. Yo creo que la batalla para ganarle al narcotráfico es precisamente por el lado económico.

Carlos Castro:
Entonces, es el momento para trabajar en propuestas alternativas de cultivo a la hoja de coca.

Wilfredo Juárez:
Si se continúa con el Plan VRAE –esperemos que se continúe– debería haber una suma de esfuerzos y recursos también para tratar temas de salud y educación porque, la verdad, se necesita que se descentralicen estos recursos, pues hasta ahora la educación allí no avanza y no podemos controlarla desde los gobiernos locales. La situación es esta: en el VRAE hay dos pisos ecológicos definidos. En el primero se cultiva cacao y en el segundo, café. Y en ambos se cultiva coca. Generalmente, el que tiene café o cacao también cultiva coca. Pero si este agricultor ve que tiene mayor margen de utilidades con el cacao o con el café porque incrementa su rendimiento va a ir dejando gradualmente el cultivo de coca. Este modelo está funcionando pero es lento. Por eso es necesario un Plan VRAE, pero uno con objetivos concretos.

Carlos Castro:
Es como si el Estado también hubiera abandonado todo. No hay infraestructura de servicios básicos, falta de carreteras, comisarías abandonadas...

Alejandro Vassilaqui:
En Monzón no hay ni comisarías, solo está Cedro.

Ricardo Soberón: Ahora lo que hemos logrado es consolidar dentro del Ejecutivo la propuesta presupuestal, de aproximadamente 120 millones de soles, que representa un incremento sustantivo respecto de los 87 millones del año pasado. Veinte millones de ellos van dirigidos al VRAE.

Wilfredo Juárez: La verdad, yo creo que para el VRAE eso es insuficiente, deberían ser 40 o 50 millones y el fruto del trabajo con esos 50 millones lo vas a ver en los siguientes años, como se ha hecho, por ejemplo, en la región San Martín.

Loren Stoddard:
De lo que podemos hablar de forma plena es del modelo San Martín. Hace 10 años que venimos invirtiendo fuertemente en la zona del Huallaga, y Tocache ahora es visto como un ejemplo de éxito, pero no siempre fue así. A nosotros también nos piden resultados medibles, entonces tenemos que mostrar que en las zonas donde estamos trabajando hay reducción de la pobreza, aumento de cultivos alternativos, un cambio significativo en el desarrollo de las personas. La región San Martín en los tres productos: cacao, café y palma aceitera, genera más o menos 120 millones de dólares de ventas a nivel chacra. Si comparamos esto con la zona de Huánuco vemos que en Huánuco se genera más o menos el mismo monto en venta de coca. El cambio se ha dado, hay ingresos y eso se ve en infraestructuras, en escuelas, por ejemplo. Es el ejemplo que se debe seguir.

Por una nueva región VRAE

Ricardo Soberón: Hay un problema de ordenamiento territorial esencial. Siempre pensé en la posibilidad del VRAE como una unidad piloto. No sé si quedará en sueño, pero en concreto tenemos que ver a la región con lo que puede funcionar en la zona y lo que el Estado puede hacer. Lamentablemente, en los últimos diez años el VRAE se ha consolidado como una zona adicta al narcotráfico y eso implica que el Estado no ha podido actuar ni responder con diligencia.

Alejandro Vassilaqui: Una de las grandes desventajas es que el VRAE en verdad no existe. Ustedes saben que el VRAE está conformado por territorios de Ayacucho, Cusco y Junín. Entonces es muy difícil lograr un trabajo concreto allí.

Wilfredo Juárez: El modelo San Martín funcionó porque se trataba de una sola región.

Alejandro Vassilaqui: Creo que lo necesario es formar una sola circunscripción, con un ente que tenga algún tipo de autoridad.

Carlos Páucar: ¿Propone entonces un nuevo organismo?

Alejandro Vassilaqui: ¡Hay que crear algo!

Carmen Masías: No le llames organismo. Hay que crear un equipo, un núcleo, no importa el nombre.

Alejandro Vassilaqui: Es que el problema en el Perú es que todos quieren siempre ir por su cuenta y lo que necesitamos es que estén juntos. Y en esta zona que es tan complicada tienen que estar las Fuerzas Armadas, la Policía, la Defensoría, Devida, el Poder Judicial, la Fiscalía, todos juntos, pero alrededor de algo porque el VRAE está formado por algunos distritos de una serie de regiones. Ese es a mi entender uno de los problemas fundamentales.

Carlos Castro:
¿Y no es Devida, digamos, el ente que debería hacer eso?

Ricardo Soberón: Debería ser Devida.

Alejandro Vassilaqui:
El gobierno tiene que formar algún ente, una oficina descentralizada, tiene que hacer algo, porque si no existe el ente ni el presupuesto específicamente para esto las cosas no van a ir adelante. Entonces, se tiene que formar una OPD (Oficina Pública Descentralizada) o cualquier otro organismo y además ese organismo debe tener un presupuesto propio que pueda atender las necesidades elementales de la zona y coordinar acciones. No existiendo eso, creo que las cosas no van a funcionar. Lo que pienso es que debe haber un plan estratégico quinquenal que incluya a Devida, a Fuerzas Armadas, Policía, Ministerio Público, Poder Judicial, Defensoría del Pueblo, empresas privadas, municipios, gobiernos regionales, las ONG, comunidad organizada, las mesas de lucha contra la pobreza y las mesas de concertación, pero alguien debe tener el mandato.

Ricardo Soberón: El mandato normativo es el Plan Nacional de Control de Drogas, que se está terminando ya. Tendremos oportunidad de evaluar lo que se ha cumplido y lo que no se ha cumplido, en eso estamos. Pero también tenemos que diseñar el plan 2012-2016 y ese es el marco en el cual se va a actuar y, por mandato normativo, Devida en el tema de drogas y narcotráfico es el ente rector sobre el cual deben cruzarse transversal y verticalmente las diversas acciones del Estado.

Wilfredo Juárez: Lo que pasa es que Devida es muy grande y lo que se necesita es un trabajo que esté mucho más enfocado solo en la zona del VRAE. Es cierto también que Devida antes era muy mal vista en la zona, ahora los proyectos pueden estar marchando lento pero no están mal y eso es porque el gobierno regional también tiene planes en marcha, básicamente en tres áreas: en el tema productivo, la infraestructura vial y el medio ambiente. Los presupuestos que vamos captando por Devida nos van a servir no solo para ejecutar bien los proyectos sino para apalancar las inversiones. Otra cosa que decía Ricardo, ¿cómo le ganamos económica y políticamente al narcotráfico? Yo creo que reforzando lo que ya estamos haciendo ahora y viendo la experiencia de la región San Martín.

Loren Stoddard: En todo caso, yo creo que tiene que haber un modelo de desarrollo integrado que incluya la parte humana, el desarrollo de jóvenes, la inversión en educación. Para nosotros el modelo San Martín ha sido exitoso precisamente porque se han coordinado muchos esfuerzos, de muchas entidades tanto desde el Estado como de distintas partes del gobierno. A eso apostamos. Ahora estamos trabajando con queñoales y empezamos a invertir más fuerte.

Wilfredo Juárez: Yo creo que debemos trabajar por un lado el desarrollo humano y por otro lado el tema de la empresa privada, que es muy necesaria y con eso aseguramos  estabilidad jurídica, que creo que se está avanzando mucho con Cofopri, y estabilidad social, también. Está bien el tema de la presencia del Estado a través de las fuerzas del orden, que creo que se tiene que reforzar aún más, pero también hay que crear las condiciones para que la empresa privada vaya al VRAE. Son tres cosas que debemos poner en la agenda de trabajo, porque si trabajamos cada uno por un lado, seguimos formando este círculo vicioso de los problemas sociales. Tapamos un hueco, pero la fuga sigue.

Carmen Masías:
Claro, la visión de empresa es importante. Si das seguridad en la zona la empresa privada también se va a entusiasmar, tal y como se ha entusiasmado en San Martín.

Carlos Páucar: La empresa privada, claro. Hace poco se inauguró una CITE Cacao en Juanjuí y allí estuvo la cooperación internacional, pero también la empresa privada y el Estado…

Carmen Masías: Así es, pero no se ha hecho esto con la intensidad que debería el ente rector. Yo creo que debió tener más rondas de empresarios, más ferias, pero el dinero no tiene que salir solo y necesariamente de la cooperación internacional. Sino que todo esto tiene que ser promovido por el gobierno.

Alejandro Vassilaqui:
Por eso es necesaria una jurisdicción o un organismo que cuente con presupuesto propio, si no no se va a hacer nada y va a suceder como ocurrió con Fernán Valer (jefe del Plan VRAE), por ejemplo, una sola persona sin presupuesto ni nada. Fernán Valer hizo menos de lo que podría haber hecho, precisamente por falta de un organismo con presupuesto.

Loren Stoddard: En San Martín no hay que olvidar que hubo erradicación por muchos años, pero al final ¿quiénes son los que financian los cultivos de la coca?: los narcotraficantes. Cuando ellos pierden su inversión, año tras año, al final desaparecen y se van a otro lado. La labor del Estado es hacer creer a los narcotraficantes que no quieren estar en esta zona porque ya no es negocio. Nosotros, por ejemplo, hemos traído compradores de Francia hasta Tocache a explorar los campos de cacao. Pero, ¿qué pasa si los llevamos a un lugar inseguro? ¿quién los lleva? ¡Nadie!, porque si algo les pasa eso ocasionaría una crisis internacional.

Alejandro Vassilaqui:
Hay 77 mil hectáreas de cultivos legales en el VRAE. Claro, hay más o menos unas 30 mil hectáreas de hoja de coca, pero también hay unas 31 mil hectáreas de cacao. En café hay aproximadamente 21 mil hectáreas y la gran particularidad es que es café de altura y es un café que tiene sombra en su mayoría. Es decir, es de mejor calidad que el café sembrado a campo abierto. Hay potencialidad. Ahora también en la zona de Santa Rosa se habla de piscicultura, se habla de la crianza de trucha, de paco, de salmón, porque allí el agua es más fría y permite un mejor desarrollo de la piscicultura. Hay enorme cantidad de posibilidades en ese valle.

Carlos Castro:
La República llegó hace poco a Santa Rosa y observamos todo el esfuerzo de los agricultores por sacar adelante su producción de café.

Ricardo Soberón: Ya el alcalde planteó la oportunidad del cacao en la zona y el café de altura. Yo creo que por allí podemos ir generando poco a poco las condiciones. Entre las acciones que creemos que son específicas para el VRAE está cómo replantear el Plan VRAE. Pero sobre todo nos parece tan importante como la seguridad y el orden público apostar por el desarrollo rural para las comunidades.

Alejandro Vassilaqui: Los últimos 16 años desde Cedro venimos trabajando permanentemente muy en conexión con los municipios. Tenemos firmados convenios con Ayna, con Kimbiri, con Pichari, con Sivia, con Santa Rosa, etc… más o menos hoy estamos trabajando con unos 7 mil jóvenes en todas estas circunscripciones. En Santa Rosa hemos instalado una molienda de barbasco. Esta molienda hoy es una sociedad anónima formada por los campesinos barbasqueros, que son los propietarios. Y a partir del 2003 iniciamos acciones de fomento del desarrollo de capacidades laborales y de apoyo a iniciativas económicas juveniles. Ya hay como 60 empresitas hechas por los mismos jóvenes. Por ejemplo, algunos de ellos le están vendiendo al Ejército alrededor de 500 botellas de jugos diarios.

Carmen Masías:
Yo quería rescatar algo importante que es el desarrollo humano. Es fundamental la generación de empleo en los chicos que salen de quinto de secundaria. Tan importante como las carreteras y la autogeneración de empleo es también el trabajo con lo no tangible: el cambio de mentalidad.

Loren Stoddard:
Tiene que haber un modelo de desarrollo integrado que incluya la parte humana, el desarrollo de jóvenes, la inversión en educación. Por ejemplo, nosotros tenemos inversiones en más de 350 obras, entre carreteras, etc. Pero tenemos también otro enfoque. Pensamos que una de las grandes amenazas a la Amazonía es el narcotráfico y cuando tú quieres sembrar coca lo primero que haces es talar la selva y quemar la madera, y eso atenta contra la biodiversidad y el manejo de la Amazonía. Entonces, de alguna forma queremos potenciar cultivos alternativos que son parte de la selva. Cuando tú ves áreas que han sido deforestadas por la coca, son huecos que ves en la selva y lo que hacemos es tratar de volver a llenar esos huecos con cacao, que es un producto netamente ambiental. Lo mismo el café para lugares que tienen altura. Es una forma de contrarrestar la deforestación de la Amazonía.

Carlos Castro: Es parte también de la experiencia en San Martín.

Loren Stoddard: Pero pasa otra cosa importante. Cuando uno busca cultivos alternativos busca la opción que sea más rentable, que sea amigable con el medio ambiente y que pueda ser exitosa. Lo que no pensamos –y esto se está confirmando cada vez más– es que probablemente el Perú sea el origen del cacao, ¡de todo el cacao del mundo!, y descubrir que eres origen de un producto multinacional no pasa todos los días. Las muestras de San Martín, la diversidad genética del propio cacao, demuestra que el Perú es el banco genético de todo el cacao y esto no lo tiene nadie. Incluso evolucionó el cacao en la zona de la Amazonía.

Alejandro Vassilaqui: Incluso se han encontrado en la zona cepas de cacao que se consideraban extinguidas.

Carlos Castro: ¿Pero no es el Estado el que debería promover estas iniciativas como una forma de alejar al narcotráfico más aún cuando el 90% de los cultivos de hoja terminan en la droga?

Wilfredo Juárez:
Claro, la mejor forma de ganarle es en el campo económico.

Alejandro Vassilaqui:
Entre las recomendaciones que hemos dado está, por ejemplo, el asfaltado de la carretera Quinua-San Francisco, la creación de subestaciones de energía trifásica, el mejoramiento de servicios de agua potable, casi inexistentes, el mejoramiento de las escuelas técnicas, potenciando a las que actualmente existen, cierre de la brecha tecnológica, con inversión en telecomunicaciones. Debe involucrarse también a la empresa privada. El mejoramiento del acceso de los servicios de salud. Creación de un programa de atención nutricional a la primera infancia.

Wilfredo Juárez: En muchas cosas coincido, sabemos que la falta de servicios es evidente. Pero no creo que mejore mucho la situación mientras no tengamos más personal para el hospital, o más ingenieros, por ejemplo. No hay infraestructura ni equipamientos en nuestro hospital. Además, creo que se deberían implementar centros de capacitación técnica, por lo menos algunos distritos deberían tener un instituto agropecuario que es donde está el potencial, igual en el tema de la educación. Para ayudar en salud y educación, institucionalizar también los desayunos escolares, que tanta falta hacen y para eso necesitamos al Pronaa. Por otro lado, yo me atrevería a decir: si tienes el 22,30% de la producción nacional de cacao... por lo menos ponle una carretera asfaltada.

Carlos Castro:
Son 7 horas que se llevan a hombro el cacao para sacarlo de sus chacras, ¿no?

Wilfredo Juárez: Sí. Y el 22% de la producción de cacao son 30 mil toneladas métricas. Entonces, necesitamos una carretera. Son 40 kilómetros de una carretera, por ejemplo, de San Francisco hasta Llochegua, que es donde está el mejor cacao. Sin embargo, el cacao sale en esas condiciones. Igualmente Santa Rosa-Samugari, el mejor café del VRAE, está en Santa Rosa. Eso es grave, pero eso está pasando. Esas son en realidad nuestras condiciones.


Ricardo Soberón: Formalmente, nunca fui asesor cocalero

El jefe de Devida dio algunas respuestas a los cuestionamientos que recaen sobre la exactitud de su nombramiento en el cargo. Negó haber sido "formalmente" asesor de cocaleros, y dijo que lleva 20 años analizando el tema de las drogas, por lo que no descartó volver a reunirse con los dirigentes de este sector.

"Sí he recibido a diversos dirigentes cocaleros, pero no he sido formalmente asesor cocalero, ni he tenido una relacion de dependencia con ninguna de las asociaciones, y en ese sentido ha habido algo de desinformacion al decir eso".

De esta manera, Ricardo Soberón, actual jefe de Devida, negó haber tenido un vínculo formal con los cocaleros en el pasado. Según dijo, como parte de su labor de analista e investigador debió reunirse con estos dirigentes, tanto como lo hizo con representantes de organizaciones de cooperación internacional para luchar contra el narcotráfico.

"Yo debo seguir reuniéndome en mi condición de jefe de Devida con los dirigentes (cocaleros) pues no quiero dejarlos a la deriva y en manos de la economía informal", sostuvo en RPP.

Al ser consultado sobre si no está de acuerdo con la política de la cooperación internacional, en cuanto a la efectividad de la erradicación de cultivos de hoja de coca, Soberón no fue tan claro al responder, y se limitó a decir que él está en el cargo para cumplir las directivas del presidente Ollanta Humala.

"Han pasado 10 años en donde no se ha logrado lo previsto, y el encargo de mi Presidente es hacer acciones eficaces para que no se produzca el efecto globo que se ha dado en la década pasada", refirió Soberón.

Ayer viernes, la ex congresista cocalera, Nancy Obregón dijo que Soberón no solo es su amigo, sino además fue su asesor en el Congreso de la República, pero remarcó que "eso no lo hace un delincuente".

Negó injerencia ante cocaleros bolivianos

Finalmente, el jefe de Devida negó haber tenido alguna injerencia en la formulación de una reunión entre los cocaleros peruanos y sus pares bolivianos, como se dijo en algunos medios de prensa.

“Enfáticamente quiero rechazar cualquier acción de mi parte para propiciar tal reunión. Yo no tengo ninguna relación en producir acercamientos que corresponde a organizaciones sociales con terceras", deslindó.