–Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Se ha fumado algo hoy?"

–Sí, he fumado tabaco. Cannabis todavía no, pero lo fumo habitualmente después del trabajo para relajarme. Soy hiperactivo, y la marihuana me va muy bien.

–Si se legaliza la venta de marihuana, ya no tiene gracia.

–Puede tenerla, porque saldría de la prisión mucha gente que está en ella por comerciar con una sustancia que es igual o menos dañina que el tabaco y el alcohol.

–¿El cultivo de cannabis es menos peligroso que Eurovegas?

–Mucho menos. La marihuana no genera hábito, y la ludopatía es una de las adicciones más difíciles de curar. No tengo nada contra ella, la gente es muy libre de jugar. Lo sorprendente es que se haga una normativa a medida para algunos, y que a otros nos pongan todo tipo de trabas.

–¿Cànaves viene de cannabis?

–No, pero me lo dicen a menudo y he visto mi nombre escrito así en algún billete de avión.

–Nos pondremos serios. Obstáculos legales a la plantación municipal de Rasquera.

–La fiscalía de Tarragona abrió un expediente informativo, en el que pedían su cierre basándose únicamente en el ruido mediático. Se dice textualmente que "Dadas las informaciones aparecidas en prensa..."

–Y una jueza de lo contencioso les ha apagado el porro.

–Era previsible la suspensión cautelar que hemos contestado, porque tenemos todas las administraciones en contra. La Generalitat no se ha pronunciado, pero se ha tratado al ayuntamiento como si fueran delincuentes, cuando sólo son payeses que han de cultivar el cannabis que se consume en las ciudades.

–¿Promovería una empresa similar en su Pollença natal?

–Claro que recomiendo una plantación de marihuana a los payeses de Pollença. No he visto al alcalde, pero también es payés, como el de Rasquera. A 3.000 euros el kilogramo, no hay cultivo que dé tanta rentabilidad.

–Las autoridades esconden la cabeza bajo el ala.

–En Cataluña hay tantas asociaciones de consumidores que la administración se verá obligada a regularlas. De hecho, están esperando a que en Euskadi se plasme la iniciativa parlamentaria al respecto.

–¿Se utiliza el alivio en los enfermos para promocionar el consumo de marihuana entre jóvenes?

–Los miembros de las asociaciones de consumidores han de tener más de 18 o de 21 años. La plantación contribuiría a un funcionamiento ordenado y controlado, que mermaría poco a poco un mercado negro que siempre existirá. Además, disminuye el consumo de otras sustancias.

–¿Qué opinan los habitantes de Rasquera?

–Esperan que el cannabis se siembre ya. Es un pueblo siempre dividido, de gente de montaña muy cerrada y endogámica. En Pollença también somos así. El alcalde de Rasquera contrarrestó la presión mediática con una campaña de información al pueblo. Convocó un referéndum y obtuvo el 56% de votos a favor del proyecto.

–Un párroco de la zona de Rasquera dijo que el cultivo de marihuana es más nocivo que el almacén de residuos nucleares.

–Sus superiores ya le han advertido de que no se meta con Sor María y de que no diga tonterías. Rasquera tiene la ventaja de que su alcalde es todo un personaje, con políticas rompedoras.

–Otras empresas producen opio en España.

–Bayer cultiva opio en España, para producir medicamentos como morfina o codeína. Se crean sociedades mercantiles, con sus licencias, y se controla el proceso de la producción. El consumo de un medicamento debe ser fruto de la libertad individual.

–¿Cuánta marihuana puedo cultivar en mi casa?

–La que demuestres que puedes consumir. El Tribunal Supremo considera que son cinco gramos al día, lo cual supone unos dos kilos y medio al año. Sin embargo, la policía interviene a veces con una o dos plantas.

–Se pasa usted el día rodeado de traficantes.

–La vertiente social es inseparable de mi trabajo, y está por encima del interés económico aunque los abogados tengan la fama de guiarse por lo contrario. Somos el último defensor que le queda al ciudadano, y yo estoy además contra la normativa sobre drogas.

–Peor sería defender a banqueros.

–Si me llaman, también los defenderé. Comparo mi trabajo con el de una prostituta, porque me debo a los intereses de un cliente, desde un código deontológico que debo cumplir. Sé que defiendo a traficantes, pero busco los fallos al límite porque en los delitos de drogas no se respeta la presunción de inocencia ni el in dubio pro reo.