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Campesinos, los olvidados en plan para legalizar la amapola

La sierra de Guerrero es la mayor productora de la flor en México y los productores buscan certeza para la configuración de un mercado legal

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Escrito en ESPECIALES LSR el

FILO DE CABALLOS, Guerrero (La Silla Rota).- En una casa de madera en uno de los pueblos que delinean la región, un grupo de campesinos habla del origen de la siembra de la amapola en la Sierra de Guerrero.

“Miré en la televisión que dicen que la mejor goma que hay en el mundo, es la de Guerrero”. Han cultivado la planta por más de tres generaciones.

También han sido presas de grupos delictivos que los obligan a sembrar y venderla, por años. Homicdios, violencia, ‘levantones’. Los campesinos quedan en medio.

Ahora, el congreso de Guerrero busca que su siembra sea legal, para usos medicinales y abre la discusión a nivel país.

Para estos campesinos de la Sierra de Guerrero, ellos están en medio de “tres enemigos y un traidor”.

Los enemigos son la violencia, el estigma de amapoleros y las condiciones adversas del clima que pueden dañar la flor, y el traidor, está en las instituciones.

Con esta explicación es como Arturo López Torres, ex comisario de Filo de Caballos y promotor de la legalización del cultivo de la amapola en la Sierra de este estado, sintetizó la iniciativa aprobada por los diputados locales y a la vez se pronunció en contra, porque mejorar las condiciones de los campesinos sigue sin figurar en sus intenciones.

El viernes 17 de agosto la mayoría de los diputados locales aprobaron la iniciativa que busca la legalización del cultivo de la amapola con fines medicinales y científicos. Esta iniciativa llegará al Congreso de la Unión en busca de la legalización.

Un grupo de habitantes de la región, ahora identificados como la Unión de Comisarios de la Sierra, iniciaron en abril de 2016 un movimiento para exigir que les dejaran cultivar la amapola. Con el tiempo han añadido mejores garantías para sembrarla y sacar la goma de opio, sin que los grupos criminales, a punta de presión y violencia, decidan cuánto les pagarán.

Desde entonces se enfocaron hacia la legalización de la amapola con fines medicinales, como una medida que configura su planteamiento, pero que está signifique a la vez el desarrollo de la región, donde, insistió López Torres, ni siquiera hay una carretera completa.

LA SIERRA, LOS CAMPESINOS Y LA FLOR

La Sierra de Guerrero es una extensión de 3 mil metros cuadrados, que va de Filo de Caballos (Leonardo Bravo) hasta Vallecitos de Zaragoza (Zihuatanejo), y que vincula 14 municipios de cuatro de las siete zonas del estado en una sola pieza de espeso bosque.

En su informe del año pasado, publicado por algunos medios de comunicación, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cita a esta región de Guerrero como la mayor productora de amapola en México, país ubicado en el tercer sitio del mundo. De la amapola sale la goma de opio y surgen la heroína, morfina y drogas de alto riesgos.

La zona de mayor producción de amapola en este trazo de la Sierra Madre del Sur, por cálculos de los mismos habitantes, son los municipios Eduardo Neri, Leonardo Bravo y Heliodoro Castillo: ("el triángulo diabólico", lo llamó López Torres por la violencia recurrente).

En la región siembran también aguacate y durazno, pero la amapola es lo que más producen y venden, aun con la actual crisis en el precio, sostienen algunos campesinos que también se quejan del impedimento de los caminos y transporte para sacar los otros productos.

Podría decirse que en la Sierra de Guerrero hay una especialización en la siembra de la amapola, porque ha graduado a tres generaciones.  

En una casa de madera en uno de los pueblos que delinean la región, un grupo de campesinos hablan del origen de la siembra de la amapola en la Sierra de Guerrero. El más grande de ellos, un hombre anciano, cada vez que mencionaron a los iniciadores de la siembra, citó a su suegro, y el más joven, de 35 años, mencionó a su abuelo.

Hace unos 50 años llegaron al pueblo gente de Sinaloa con la semilla de la amapola, por el clima y la altura optima de los valles de la Sierra para la flor, y les enseñaron a sembrarla y cosecharla.

Esto es lo que sabe el grupo de campesinos que también exhibe su conocimiento en la siembra, cuando comparten que los bulbos de la amapola crecen mejor si las matas las siembran a una distancia de 20 centímetros entre una y otra.

Todo el tiempo que duró la plática, los campesinos hablaron con naturalidad del cultivo. “Por cierto, hasta les trajeron unos ralladores de metal que le apretabas el tornillo y le chispaba la navaja”, dijo el más viejo del grupo sobre el artefacto que utilizó su suegro para rallar los bulbos de la amapola y sacar la goma de opio.

Cuando comenzaron a quejarse del bajo precio del gramo de goma de opio, también olvidó que el cultivo es ilegal.

–Miré en la televisión que dicen que la mejor goma que hay en el mundo, es la de Guerrero. Es la mejor, y por qué está así de baratísima –soltó en la plática.

(Risas)

–Porque no es legal, por eso –le contestó el compañero que tenía al lado.

(Más risas)

EL PRECIO, DECISIÓN NEGADA A CAMPESINOS

La plática la siguieron sobre los picos que alcanzó el precio de la amapola entre 1990 y 1992, cuando les pagaron 45 pesos por gramo de goma de opio, lo que significa que por cada kilogramo les pagaron 45 mil pesos.

La razón de ese precio, reflexionó López Torres, sentado al lado de los campesinos, es que en esos años hubo una guerra en el Golfo Pérsico, que ocasionó escases en Estados Unidos de heroína, considerado el mayor consumidor de este derivado de la amapola, según la revelación de investigaciones periodísticas en base a informes oficiales.

De golpe, en la plática, los campesinos volvieron a una realidad lejana de esos años, no sólo por el tiempo. El precio del gramo en esta temporada de lluvias es de tres pesos.

Durante las secas quizá suba el gramo a ocho o nueve pesos. “Si no hay un control y no se empareja y mejoran los precios, la gente se va a ir a las ciudades a manifestarse, porque quiere mantenerse, quiere comer”, dijo el cultivador  más joven, quien asumió un papel de líder en la charla.

El precio estable, de acuerdo al balance de los campesinos, es de ocho pesos en este temporal, 15 o 16 pesos en tiempo de sereno y 25 pesos cuando cosecharon por riego. Los temporales, dicho por los cultivadores, definen la calidad de la amapola y la goma.

Los campesinos de amapola en Guerrero, muchas veces, son el último eslabón del círculo de la venta de drogas. Ellos cultivan y venden, pero en los últimos años ni siquiera pueden vender con libertad. Grupos criminales dictan a quién y a cuánto venderles; ahí se configuran las violencias contra este sector.

“De cinco años para acá entró un control, y sabes qué, dijeron, se va a pagar a cinco. De cinco años, pero atrás, en un pueblo pagaban a ocho, en otro a 10, era un precio variable. Cuando entran los grupos armados a controlar el sistema de la droga ya empezaron a estar regularizados los precios”, comentó el mismo sembrador.

LEY AMAPOLA, INICIATIVA QUE DEJA A CAMPESINOS EN EL ÚLTIMO ESLABÓN

Los diputados que aprobaron la iniciativa (que recién terminaron la LXI legislatura) tienen una visión distinta a los habitantes de la Sierra de Guerrero, porque cuando ellos se quejan de la falta de libertad para vender la goma de opio, en la redacción de la iniciativa aprobada se lee que los cultivadores organizados son los que definen el precio.

De golpe, López Torres, evaluó que así como está planteada la iniciativa del Congreso local en busca de la Ley Amapola, deja fuera en todos los sentidos a los campesinos de la Sierra de Guerrero.

La iniciativa aprobada plantea la regulación del cultivo, producción y comercialización de la amapola con fines científicos y medicinales para “atender la crisis en el acceso de medicamentos contralados para los pacientes que requieren de cuidados y paliativos, además de contribuir a frenar la violencia producto del prohibicionismo”.

De la goma de opio que surge de la amapola, papaver somniferum o adormidera, se genera la morfina, un opioide con propiedades analgésicas o calmante contra el dolor.

La fracción parlamentaria local de Movimiento Ciudadano, que fue la que propuso la iniciativa desde hace dos años, realizó un único foro en la comunidad de Campo de Aviación, municipio de Leonardo Bravo, con la participación de habitantes de la Sierra, para saber su opinión sobre el tema; el consenso general fue a favor de la legalización.

“Si tú abres un mercado legal (...) le vas a pegar en el corazón financiero de estos grupos y esto va a ayudar a combatir gran parte de la violencia", explicó el diputado Ricardo Mejía, de Movimiento Ciudadano, quien presentó la iniciativa en 2016.

La evaluación del ex comisario de Filo de Caballos, a partir del trabajo que tiene en la Sierra y la vinculación con los comisarios y los sembradores de la región, es que lo hecho no es suficiente, porque los campesinos ni siquiera saben cuál es el procedimiento que se sigue para la legalización del cultivo de la amapola para términos medicinales y científicos. "Esto nos perjudica, porque ahora todo mundo va a querer sembrar. Van a decir, los campesinos, es legal hacerlo", dijo.

Aun cuando la propuesta salió del Congreso de Guerrero, todavía está pendiente la discusión en el Congreso de la Unión, y de aprobarse, el debate se seguirá en instancias internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Hubo diputados locales que se negaron a respaldarla, como la de Morena, María de Jesús Cisneros, porque no se llevó a la consulta. Tampoco, planteó después, existen todavía en el país políticas sociales y de salud que fortalezcan la legalización del cultivo de la amapola.

“Un tema tan polémico y delicado debió ser consultado con la sociedad”, declaró.

El promotor de la legalización del cultivo de la flor desde la Sierra insistió en que así como plantearon la propuesta, no les da certezas a los actuales cultivadores que serán los proveedores de ese mercado legal.

La iniciativa incluye una pena de prisión de uno a seis años para quienes cultiven o cosechen la amapola sin permiso de las autoridades sanitarias.

La postura de la Unión de Comisarios de la Sierra, es que con la legalización exista una empresa que recabe toda la goma de opio que se produce en la región sembradora de Guerrero, ya lista para el mercado de la ciencia y la medicina. Acompañado de un programa de políticas públicas que generen su desarrollo.

“No toda la gente se va a dedicar a eso, tiene que haber gente que se dedique a cultivar aguacate, a cultivar maíz, y otra gente que se dedique a la goma en base a su parcela cada uno”, planteó el ex comisario de Filo de Caballos.

Gente del próximo gobierno de México ha incluido en su agenda el tema de la legalización de enervantes. En los últimos comentarios públicos, quien está propuesta como secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dejó claro que acudirá a la ONU para buscar despenalizar la amapola y la marihuana.   

“La legalización sí la queremos, pero la queremos bien hecha”, dijo López Torres. Después deliberó en la probabilidad de que los diputados locales tengan intereses personales en la aprobación de la iniciativa: “Lo que veo, ¿por qué fue tan rápido? Será que se quieren volverse los próximos empresarios de la amapola”.


AJ