Hace una semana y como aperitivo de su visita a Gran Bretaña, en una entrevista al semanario The Observer, el presidente Santos la puso de nuevo sobre el tapete, pero lo hizo con mucha cautela, como gato entre cristales, supeditándola al consenso mundial. Días después, el ministro Vargas Lleras reiteró esa posición ante la Cámara de los Lores en Londres. Sí, es cierto que legalizar es políticamente imposible sin consenso, pero no entiendo por qué Santos se muestra tan cauto y descarta la posibilidad de liderar el debate sobre la política antidroga ante las entidades internacionales.