El cannabis es una oportunidad para los países que trabajan con seriedad

La politóloga Pien Metaal, coordinadora del proyecto Drogas y Democracia, del Instituto Transnacional de Holanda, conoce de cerca la realidad del cannabis en nuestro país y su impacto en comunidades campesinas. Estuvo en San Pedro, en Kamba rembé. Sostiene que la marihuana es una oportunidad.

Pien Metaal, política de Holanda
Pien Metaal, política de HolandaFoto Gentileza

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- Naciones Unidas cambio su visión torno al cannabis y su uso medicinal ¿Cómo implementar cambios en los países?

- En realidad, es exactamente al revés porque el examen crítico que emprendió la Organización Mundial de la Salud era para ponerse al día con los distintos desarrollos que se están dando a nivel internacional. Es tremendo el incremento medicinal que se están dando al cannabis. Y cómo nunca se había hecho un examen sobre el cannabis, era una deuda pendiente por parte de Naciones Unidas. No podía seguir dilatándose la ubicación en su clasificación de estupefacientes.

- La clasificación de la OMS era muy estricta, la marihuana figuraba en un nivel de “peligrosidad” superior a la cocaína.

- El cannabis estaba en las listas más severas de la organización internacional, inclusive en el listado de substancias particularmente peligrosas, la lista 4, con escaso o ningún valor terapéutico conocido. Con la votación que se dio en diciembre del año pasado se logró una mayoría muy pequeña de borrar el cannabis de la lista número 4. Esto es un gran avance, obviamente. Pero al mismo tiempo, la OMS recomendó mantener el cannabis en la lista 1, que aún requiere un nivel de control estricto. Si hubiera recomendado estar en la lista 2, a los estados partes hubiera sido más fácil decidir sobre el requisito de expedición de recetas médicas y por lo tanto tener más opciones en las políticas de regulación y acceso a medicina tradicional.

- Es un cambio importante, pero sigue siendo restrictivo.

- Hay restricciones aún. Las limitaciones demuestran la complejidad de los mercados emergentes así como la gran cantidad de productos y las opciones limitadas que ofrecen las convenciones internacionales. Esta tenso el clima y muy polarizado. Resulta claro que la Comisión de Estupefacientes, órgano de decisión de la ONU, aún no está lista para discutir aspectos más amplios en el uso del cannabis, que van más allá del uso medicinal.

- Los cambios se dan por el uso creciente del cannabis en una mayor cantidad de países.

- Hay un mercado que va en aumento. Esto puede dar oportunidades de acceso para los países que producen cannabis. No es fácil la toma de decisiones en organismos internacionales. La forma en que se pretende mantener la fiscalización sobre la marihuana, manteniendo el cannabis en la lista 1, refleja que la ONU busca mantener una estricta separación entre los mercados lícitos e ilícitos. Entonces, el plan de legalizar la marihuana está muy lejos de ser una realidad a nivel mundial. No existe un consenso entre los países. Entonces la ONU votó para restringir el mercado emergente, más que nada a preparados farmacéuticos, que son elaborados a partir de los cannabinoides purificados, extraídos de plantas o producidos sintéticamente.

¿El mercado del cannabis está creciendo…?

- En término de mercado internacional se puede decir que es relativamente pequeño y es manejado sobre todo por los principios de las prácticas medicinales de Occidente y los intereses comerciales de las principales industrias farmacéuticas. No refleja de ninguna manera al abanico muy amplio de las distintas formas de uso medicinal del cannabis existentes en el mundo.

- Aparentemente existe más bien un choque de intereses a nivel comercial donde la industria farmacéutica podría ser la primer perjudicada.

- Claro! La fingida seguridad que otorga la separación en listas, teniendo aún al cannabis en la lista 1, es una clara distinción entre el uso médico y aquellos usos que no se consideran medicinales. Se tienen cuatro tipos de productos del cannabis medicinal que han surgido en las últimas décadas. Son cuatro segmentos con características y marcos jurídicos muy bien definidos. El primero son los preparados farmacéuticos, a partir de los cannabinoides purificados. El segundo son los extractos de las flores y plantas, como están haciendo en Paraguay, por ejemplo, con medicamentos recetados. El tercero es el cannabis en usos tradicionales, en base a hierbas. Y el cuarto son productos bajos en THC y CBD que suelen venderse como productos de suplementos dietéticos. Estos cuatro segmentos existen con diferente marco jurídico. Es la realidad de hoy. Hay intereses por todos lados.

- El desafío es lograr que esta apertura del mercado beneficie a productores tradicionales.

- En este caso podemos citar específicamente a los campesinos del Paraguay. En el mundo hay un uso tradicional de larga data en torno al cannabis. En realidad, es una historia de miles de años, si se estudia la historia del cannabis. La fiscalización, en términos de tiempo, es muy reciente. En todo el mundo: Asia, Africa, América Latina, tiene uso de muchos años. Y tiene una gran diversidad de uso en la medicina tradicional. Mucha gente de escasos recursos recurre primero al cannabis para el tratamiento de diversas dolencias. Es una medicina barata y accesible en términos económicos, pero ¿cómo hacemos para que aquellos que producen en forma ilegal puedan hacerlo ahora en la legalidad? Este es un tema de desarrollo, de falta de opciones en el campo para que los campesinos puedan llevar una vida digna.

- En Paraguay se tienen casi 40 mil hectáreas de cultivos ilegales, esto no puede existir sin corrupción.

- Obviamente que no. Habría que ver si el Estado paraguayo tiene real interés en la búsqueda de una solución sostenible para los productores y las comunidades que dependen del cultivo de la marihuana. El tema no está relacionado con la idea clásica de desarrollo alternativo, para sustituir al cannabis con otro rubro agrícola, sino más bien en el uso del cannabis para lograr un modelo de desarrollo. Se tiene que ver qué tipo de producto tendría acceso hoy en el mercado interno, pero también mirando a la exportación. La gente tiene que tener una transición paulatina a una economía legal. Ahora están criminalizados y perseguidos. En estas condiciones, no hay una solución para ellos. La pregunta es si el gobierno de Paraguay está seriamente interesado en ofrecer alternativas en una situación muy difícil.

- Primero se tiene que reconocer el problema de las comunidades.

- Tuve acceso hace poco a una intervención de la diputada Celeste Amarilla en el Congreso, donde ella cuestiona que las cosas sigan iguales en las comunidades campesinas. Tiene razón, es una violación a los derechos del campesinado. En las condiciones actuales lo que se tiene es alimentación a la corrupción más que otra cosa. No se tienen políticas de Estado serias. No se puede abandonar a grupos de ciudadanos y dejarlos en esta situación.

- La forma de producción también influye en el ingreso a mercados.

- En el caso de Paraguay, el control de calidad es un tema que define el tipo de mercado al que se podría acceder. Se tiene que competir con otros países, sobre todo Europa y Estados Unidos, mismo China. Hay un mercado mundial que tiene requerimientos de calidad muy estrictos. Me parece un poco ingenuo sugerir que el cannabis pueda llegar a ser a corto plazo un producto estrella de Paraguay.

- La posibilidad de buena calidad hace a una política de Estado.

- Totalmente de acuerdo. La única manera de ser parte en esta industria y de este mercado mundial es tomando en serio las oportunidades. Es el primer paso. Paraguay no puede perder el tren de las oportunidades. Tiene un clima excelente para el cannabis, mucho espacio, experiencia. El mercado mundial del CBD por ejemplo, que mueve miles de millones de dólares, puede ofrecer oportunidades a los pequeños productores de Paraguay. La industria del cáñamo también hay que agregar. Está en rápido crecimiento. Paraguay tiene que entrar a competir.

- ¿Tu imagen del departamento de San Pedro?

- Estuve en el departamento de San Pedro, en la comunidad de Kamba rembé, hace unos años. Pude visitar y observar los campos de cannabis. Me quede muy impresionada por la realidad de los campesinos, la pobreza, la falta de oportunidades. Escuche muchos testimonios de violencia. La falta de presencia del Estado, solamente llega la Policía. Parece que son los únicos que llegan a estas comunidades.

Me impresionó la condición en que viven. Y también la convicción que tienen para seguir luchando y buscar una solución al problema de la sostenibilidad de sus cultivos.

- ¿Qué pudiste notar en los campos cultivados?

- Me llamo mucho la atención la técnica de plantación. Es un cultivo bastante simple, poco tecnificado. Conocí al cannabis de Paraguay en otros países de América Latina. También en el Cono sur, donde se vende en forma fluida. Para mí fue una sorpresa ver marihuana con pepas, con las semillas adentro. Esto es por la forma de cultivar. Por no separar en las plantas los machos de las plantas hermbras. Es un cannabis bastante suave. Paraguay tiene que mejorar las técnicas de producción para competir a nivel internacional.

- Para competir se tiene que invertir en el cannabis.

- Competir es una decisión de Estado. Se tiene que mejorar las técnicas de producción. Para buscar un rubro agrícola serio hay que invertir y esto requiere una decisión del gobierno. El Estado debe tomar en serio el tema y no seguir criminalizando a las comunidades que cultivan el cannabis

- El uso del cannabis pasa por su regulación.

- Claro. Las autoridades deben crear sistemas especiales de acceso preferencial, con subsidios, leyes transparentes de concesión de licencias, cuotas que garanticen que parte del cannabis provenga de los pequeños agricultores y también beneficiar a las empresas que cumplen principios de justicia social y desarrollo sostenible. Son muy altas las barreras que existen para que los agricultores pequeños puedan ingresar en mercados competitivos.

- ¿Cómo ingresar en un exigente circuito internacional de cannabis?

- Paraguay tiene que estar muy consciente de esta tendencia: las grandes corporaciones capturan estos mercados legales que están emergiendo. Están basados en el predominio del modelo farmacéutico occidental.

Si el Estado paraguayo realmente tiene interés en crear un nuevo rubro económico, inclusivo a los productores de cannabis, tiene que darse cuenta que esta es la tendencia en el mundo, en este momento.

El desafío es crear oportunidades para los productores. Es un mercado millonario al que se tiene que buscar cómo acceder.

El primer paso es seriedad, ofrecer algo real a las comunidades campesinas para que dejen de vivir criminalizadas y puedan llevar una vida digna.

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