Obama pronuncia las palabras mágicas sobre el cannabis
Por fin un presidente de los Estados Unidos se atreve a expresar públicamente sobre el cannabis opiniones que muchos en todo el mundo estaban esperando: que la marihuana no es más peligrosa que el alcohol en términos de los impactos en la salud del consumidor; que las leyes de drogas en Estados Unidos recaen sobre todo en los grupos más desfavorecidos de la población, jóvenes afroamericanos y latinos; y que apoya los esfuerzos de legalización de los estados de Colorado y Washington.
Aunque en la práctica estas palabras nada cambian, no son poca cosa. Como lo dijera Ethan Nadelmann, que el presidente considere “importante” lo que hacen esos dos estados es como un soplo de “viento en las velas del movimiento que se opone a la prohibición del cannabis”. Y si bien no se puede decir que las palabras de Obama sean el comienzo del fin de la prohibición del cannabis, porque este proceso ya comenzó y ha avanzado enormemente en los últimos dos años, sí se podría especular que la regulación del cannabis es un proceso que ya no detiene nadie. El hecho de que Obama en una entrevista se haya atrevido a hablar francamente sobre un tema tan controvertido demuestra solamente cuán grande es el terreno avanzado en el cambio de la percepción hacia el cannabis. Será cuestión de tiempo ver cómo en cada vez más lugares y países del mundo se dan los pasos necesarios para la legalización del mercado y usos de esta sustancia.
Estados Unidos, el país que se ha caracterizado por las posturas más conservadoras y moralistas en términos del consumo de sustancias psicoactivas, está en camino de cambiar rápidamente esta mentalidad. Obama no es el único. El senador Harry Reid, demócrata de Nevada, ha dicho recientemente cuando le preguntaron sobre la legalización de la marihuana medicinal: “Si me hubieran hecho esta pregunta hace doce años habría sido fácil de contestar... habría dicho que no porque la marihuana conduce a otras drogas, pero hoy ya no puedo decir eso”.
No lo puede decir porque este senador ha terminado por rendirse a las evidencias. Pues hay cada vez más evidencias disponibles, más datos, más experiencias que desmitifican la imagen negra del cannabis como sustancia altamente peligrosa y por tanto controlada en las convenciones de drogas de la ONU. Estamos tan acostumbrados a oír sobre la marihuana como una droga extremadamente peligrosa que le atribuimos riesgos mucho mayores de los que comporta. La información disponible hoy sobre el cannabis no desconoce los riesgos de su consumo y aboga por medidas educativas dirigidas sobre todo a la población joven (adolescentes) para desincentivar el consumo, pero destaca también sus múltiples beneficios. Este conocimiento es lo que ha permitido el cambio en varios estados de EE.UU. – en 20 estados de EE.UU. está regulado el cannabis para usos medicinales, y en 2013, según una encuesta Gallup, el 58% de los estadounidenses estaba a favor de la legalización. Entre las personas de 18 a 29 años el apoyo es de 67 por ciento – en Uruguay, y es lo que está impulsando cambios en la percepción de la opinión pública en muchos países latinoamericanos.
Según un estudio reciente de Asuntos del Sur, hay países latinoamericanos como Chile en los que hasta un 60% de la población tiene una percepción favorable de la legalización del cannabis. En Argentina y México es también mayoritario el porcentaje de apoyo. E incluso en Colombia, señala el estudio, un país poco favorable a la legalización, ha aumentado el número de personas que la respaldan. Chile, Argentina y México son también los países latinoamericanos que más apoyo han expresado a la regulación uruguaya. El estudio de la Organización de Estados Americanos OEA que considera la despenalización del consumo de drogas sugiriendo que se trate el consumo como un tema de salud pública, ha sido evaluado positivamente en los países del Cono Sur. Este documento de la OEA representa un punto de inflexión en las políticas de droga del continente. Cuando se escriba la historia de la prohibición se hablará probablemente de antes y después del estudio El problema de las drogas en las Américas, que sintetiza la frustración de los líderes de la región por la ineficacia y altos costos humanos, sociales, económicos y ambientales de la actual política de control de drogas. En los escenarios examinados por el estudio se considera “Probar y aprender de regímenes legales y regulatorios alternativos, iniciando con el cannabis”.
Diversos presidentes latinoamericanos (Santos, Pérez Molina y otros) lo vienen pregonando desde hace tiempo, pero ahora es Obama, el presidente de Estados Unidos, quien lo ha dicho, dando con sus palabras un empujón fuerte al proceso de regulación del cannabis que ya parece inatajable.