'Repenalizar no es buen paso'
João Goulão, coordinador nacional de la Política antidrogas de Portugal y director del Instituto para las Drogas y la Drogadicción
14 de diciembre de 2009
Según el funcionario, ese país logró bajar descensos importantes en el consumo y posesión de drogas gracias a una estrategia integral. De ser el país con los peores índices de consumo en Europa, Portugal pasó a tener los mejores y en menos de una década. En parte, el éxito se atribuye a su decisión en el 2001 de descriminalizar el uso de todas las drogas mientras hacía énfasis en prevención y tratamiento.
Hoy la mayoría de países del Viejo Continente, y hasta E.U., miran con lupa la experiencia portuguesa y han comenzado a implementar algunos de sus componentes. A la cabeza de este esfuerzo ha estado João Goulão, coordinador nacional de la Política antidrogas de Portugal y director del Instituto para las Drogas y la Drogadicción, órgano que depende del ministerio de la salud en esté país.
EL TIEMPO conversó con él, a propósito del debate sobre penalización de la dosis mínima de droga, durante una visita a Washington, donde participó en un foro internacional sobre política antidrogas que organizó la organización Wola.
- ¿A qué atribuye que hoy se reconozca a Portugal como un modelo en la lucha contra el consumo?
Eso pasó por que tenemos una aproximación balanceada frente al problema. Nunca nos hemos rendido en el campo de la reducción de la demanda (interdicción, decomisos, etc.). Pero la mayoría de los recursos van a tratamiento, prevención, reducción del daño, y rehabilitación. Esta estrategia, que ya veníamos implementando, cobró coherencia cuando descriminalizamos el consumo y la posesión en el 2001. Pero es a partir de esa descriminalización que comenzaron a registrarse los descensos. Hasta esa fecha, de hecho Portugal, tenía los peores niveles de adicción de Europa.
- ¿Qué tanto o por qué pesó ese elemento?
Fue muy importante. Pero por si solo no es la solución. Destacaría que fue la inversión en todas las otras áreas. Fue una actitud proactiva frente al problema.
- ¿Cómo funciona el sistema ?
En lugar de ir a la corte, las personas van a una Comisión que es donde se determina si la persona es una adicta o un consumidor ocasional. Si es adicto es referido a tratamiento y se le dan opciones. Trabajamos con él para determinar qué es lo mejor. Si es un consumidor recreativo puede haber una sanción monetaria o algún trabajo comunitario, o se le puede prohibir que vaya a una discoteca, por ejemplo.
- ¿Pero qué tanta prioridad le dan las autoridades policiales a controlar el consumo?
Para nada. Lo que perseguimos de manera agresiva es el tráfico. El consumidor no es un blanco.
- ¿Cómo es eso?
La policía no está tras ellos. No sucede que entren a bares buscando a consumidores. Quizá en un gran concierto o algo así, cuando ven a una persona con signos de estar intoxicada, entonces sí, pues es candidata para tratamiento. En términos policiales el énfasis está en el tráfico.
- El Congreso colombiano acaba de reformar la Constitución para prohibir la posesión de la llamada dosis personal. ¿Qué piensa?
No creo que 'recriminalizar' sea un buen paso. La mayoría de los países ha caminado por este sendero y las figuras de consumo nunca han dejado de crecer. No tiene sentido ensayar de nuevo algo que ya falló. Pero, como le digo, la des criminalización por si solo no conduce a nada. Tiene que estar acompañada por programas que ofrezcan tratamiento, clínicas para rehabilitación, intervención en colegios y campañas preventivas.