Dicen que en la Argentina no se combate a los grandes narcos

Un estudio señala que se encarcela a consumidores o pequeños punteros
Sergio Dima
Clarín (Argentina)
Viernes, 10 de diciembre, 2010

Según un trabajo de investigación a nivel regional, la Argentina no combate a los grandes narcotraficantes y “sobreactúa” la lucha contra este delito encarcelando sobre todo a consumidores y a pequeños punteros. El estudio, que también analiza la situación en otros siete países de América Latina, fue coordinado por dos prestigiosas ONG internacionales: el Trasnational Institute (Holanda) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Estados Unidos). La investigación asegura, basándose en testimonios de presos, que el sistema penal argentino vincula en las causas por droga a “gente inocente o inventa procedimientos”.

El trabajo, presentado ayer en la Universidad de Palermo, tuvo como objetivo comparar en qué medida contribuyó el endurecimiento de las leyes antinarco con la crisis carcelaria de toda la región, y determinar también el perfil de las personas detenidas por delitos vinculados a drogas.

El capítulo argentino fue realizado por Raúl Corda (abogado, docente, investigador de la UBA). Corda concluye que, en el marco del combate contra el narcotráfico en la Argentina (país al que considera de “transito”), “las autoridades encarcelan a los actores menores, en vez de enfocarse en los grandes traficantes”. También resalta que la legislación penal acentuó sus aspectos represivos a partir de la década del setenta y que la misma recayó, sobre todo, en consumidores y otros “pequeños actores” (como por ejemplo, vendedores, “mulas” o transportistas transfronterizos). Esta política, dice, solo permite “éxitos momentáneos” y no contribuye a la solución del problema La investigación sostiene que “la población penitenciaria se incrementó de forma constante desde la recuperación de la democracia”. Según el trabajo, la cifra de detenidos creció en un 75 por ciento entre 1997 (29.690 detenidos) y 2007 (52.457). Tras aprobarse en 1989 la Ley 23.737 (que incrementó las penas), la población carcelaria por delitos de drogas subió a partir de los noventa, hasta representar alrededor de un tercio de la población en cárceles federales.

En la Argentina, la ley 23.737 no persigue el consumo de drogas pero sí su tenencia . En agosto de 2009, la Corte Suprema declaró inconstitucional el artículo 14 inciso segundo de esta ley, que castiga la tenencia para consumo personal. Sin embargo, la legislación no se modificó, por lo cual las detenciones por este delito se siguen produciendo y los procesos judiciales se continúan abriendo, aún cuando en última instancia sean desechados invocando aquel fallo del máximo tribunal.

Las mujeres y los extranjeros son la franja de la población más representativa entre los presos por drogas. Llama la atención el incremento sostenido en la cantidad de detenidas. “Todo parece indicar que muchas de estas mujeres entraron al tráfico como una forma de resolver los problemas económicos que debían afrontar como cabeza de familia, en ocasiones numerosas”, describe Corda.

Corda propone que muchas de estas personas deberían recibir otras respuestas de parte del Estado y penas alternativas a la cárcel: “Pues una vez en libertad, ese pasado les impide en muchos casos conseguir trabajo”.