Europa y EEUU: división en la ONU por la política de drogas
La lucha sobre la introducción de la reducción de daños en la declaración política de la revisión de la UNGASS ya ha saltado a los diarios. Según un informe de Reuters, Europa y los Estados Unidos están divididos por la política sobre drogas. “Los negociadores estadounidenses están intentando hacer aprobar programas de lucha contra las drogas que se promovieron durante la pasada administración Bush pero que ya no son defendidos por el presidente Barack Obama”, declararon a Reuters algunos participantes en las negociaciones de Viena.
El informe de Reuters cita la reciente carta escrita por tres congresistas demócratas a la nueva embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Susan Rice, instándole a que intervenga. La delegación de los Estados Unidos debería recibir nuevas instrucciones del nuevo Gobierno, rezaba la misiva. “En caso contrario, corremos el riesgo de elaborar una declaración de la ONU que no concuerde con nuestros propios intereses y políticas nacionales, y que nos distancie sin ninguna necesidad de los aliados de nuestra nación en Europa”.
Según Reuters, la delegación estadounidense en Viena negó que se estuvieran proponiendo políticas de la era de Bush, y declaró que aún no se habían recibido instrucciones de la administración Obama. Según la agencia de noticias, Obama “ha concedido un apoyo tácito” a estrategias de reducción de los daños que son vistas como “fundamentales en la lucha contra enfermedades relacionadas con las drogas como el VIH/SIDA”.
Según el diario The Washington Independent, un borrador del 15 de enero de la declaración política incluía palabras como “desarrollar, revisar y fortalecer” programas de tratamiento contra las drogas con el fin de que abarcaran “medidas para la reducción de los daños que persiguen prevenir y reducir las consecuencias sanitarias, sociales y económicas desfavorables del consumo y la dependencia de estupefacientes”. Pero según John Walsh, experto en políticas de drogas de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), los representantes de los Estados Unidos –junto con los de Rusia, Japón y Colombia– insistieron en la eliminación de estos términos. Los países que respaldan la reducción de los daños convirtieron esta cláusula en una nota a pie de página, pero los Estados Unidos tampoco aceptaron esta solución.
La disposición no es vinculante, pero no por ello deja de ser polémica. “Nos resulta difícil entender por qué la delegación estadounidense debería poner objeciones a unos términos que no obligarían a ningún país a adoptar unas políticas con las que no esté de acuerdo”, señalaron los congresistas demócratas en su carta a Rice.