Países Bajos: firmes ante la reducción del daño
“No nos proponemos menos que garantizar la inclusión de la reducción de daños en la declaración política en virtud de la que los Estados miembro determinarán la política internacional sobre estupefacientes”, manifestó el ministro neerlandés de Cooperación al desarrollo, Bert Koenders, ante la conferencia de donantes para la reducción de daños que tuvo lugar en Amsterdam entre el 28 y 30 de enero de 2009. “Y haremos lo propio cuando, en 2010, el honor de presidir la junta ejecutiva de ONUSIDA recaiga sobre los Países Bajos. Pueden contar con ello.”
Michel Sidibé, el nuevo director ejecutivo de ONUSIDA, mostró también un claro apoyo a las medidas para la reducción del daño en el discurso que pronunció en la conferencia: “Sólo un acceso universal a la reducción de los daños puede proporcionar los resultados que necesitamos”
Discurso del ministro Koenders ante la conferencia de donantes para la reducción de daños (en inglés)
Michel Sidibé: por qué necesitamos la reducción de daños para alcanzar objetivos de acceso universal. (en inglés)
“La reducción de daños es un método eficaz; hace tiempo que se tienen pruebas de ello. Pero no se está haciendo lo bastante para ponerla en práctica. La reducción de daños engloba políticas, estrategias y programas concebidos para reducir los riesgos sanitarios que entraña el consumo de drogas. Al fin y al cabo, un mundo sin drogas no es más que una utopía.”
Los Países Bajos tienen mucha experiencia en el campo de la reducción del daño. “Nuestro enfoque, sin duda, no es el ideal, y está abierto a discusión”, afirmó el ministro Koenders. Y a diferencia de lo que se suele sostener, “nuestros país tiene uno de los índices más bajos de consumidores problemáticos de drogas duras de toda la Unión Europea. Y el número de contagios de VIH de este grupo ha caído de los 180 nuevos casos diagnosticados en 2002 a sólo 30 en 2005. Se trata de una disminución de no menos que el 600%. Esto demuestra que, en las circunstancias adecuadas, el enfoque pragmático puede ser eficaz. Soy plenamente consciente de que no hay soluciones universales. Pero considero que estas cifras responden mejor que ningún otro argumento a los críticos de la reducción de daños.”
El ministro respaldó las opiniones expresadas por el secretario general de la ONU en el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas: “En el año en que conmemoramos el 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (...) insto a los Estados miembro a garantizar que las personas que se enfrentan a la adicción a las drogas gocen de igual acceso a servicios sanitarios y sociales. No se debería estigmatizar ni discriminar a nadie por su dependencia de los estupefacientes”.
El ministro Koenders señaló que le complacía que la Unión Europea haya incluido la reducción de los daños como instrumento de prevención del VIH en su estrategia sobre drogas hasta 2012. En julio de 2007, el Grupo Horizontal Drogas de la UE presentó varias recomendaciones. Las intervenciones para la reducción de daños cuentan también con el apoyo de varios vecinos de la Unión. En la primavera de 2007, representantes de los Estados miembro de la UE y de países vecinos firmaron una declaración en Bremen por la que se comprometían a llevar adelante acciones conjuntas para aumentar el acceso a la prevención del VIH.
Michel Sidibé, el nuevo director ejecutivo de ONUSIDA, mostró también un claro apoyo a las medidas para la reducción del daño en el discurso que pronunció en la conferencia: “Sólo un acceso universal a la reducción de los daños puede proporcionar los resultados que necesitamos”. En lo que se refiere a la nueva declaración política sobre drogas que adoptará en breve la Comisión de Estupefacientes de la ONU, Sidibé declaró: “Deseo y espero que veamos mayores avances cuando la Comisión de Estupefacientes se reúna en Viena en marzo. Necesitamos un claro reconocimiento de lo que se ha aprendido durante la última década con las iniciativas de reducción del daño [...] Como ya he comentado, debemos romper de forma clara y rotunda con la complicidad del silencio; las pruebas demuestran sin lugar a dudas que la reducción de daños funciona. Recibir tratamiento de metadona no debería ser un delito. Se deben respetar los derechos humanos de todas las personas”.