El gobierno uruguayo anuncia plan sin precedentes par crear mercados legales y regulados de marihuana
En lo que constituye el último desafío proveniente de América Latina ante la ortodoxia de la “guerra contra las drogas”, el 20 de junio de 2012 el gobierno uruguayo dio a conocer una propuesta que, de ser adoptada por el Poder Legislativo de ese país, crearía mercados legales y controlados para la venta de marihuana, como parte de una estrategia más amplia para mejorar la seguridad ciudadana y enfocar mayor atención en el consumo de drogas más duras. El mercado de esta sustancia se encontraría altamente regulado, con estrictos límites de edad y prohibición de consumo público.
La propuesta permitiría que losconsumidores registrados adquieran pequeñas cantidades de cigarrillos demarihuana a través de establecimientos administrados o autorizados porel Estado. Las ganancias generadas serían orientadas a programas detratamiento para consumidores problemáticos de drogas. El plan tambiénincluye sanciones más severas para algunos delitos relacionados a lasdrogas.
El Ministro de Defensa del Uruguay, Eleuterio Fernández Huidobro, dijo a los periodistas: “Estamos dando un viraje hacia un control más estricto del Estado sobre la distribución y producción de esta droga. Es una lucha que se libra en dos frentes: contra el consumo de drogas y contra el tráfico de drogas. Pensamos que la prohibición de ciertas drogas le está creando más problemas a la sociedad que la droga misma”. Adicionalmente, al crear mercados legales y regulados, se quitaría dinero de las manos de los delincuentes, y se le llevaría las arcas del Estado. Algunos estimados calculan el valor del mercado ilegal de marihuana en Uruguay en cerca de US$ 75 millones al año.
Tras un período de debate público, el gobierno presentará formalmente un proyecto de ley al Congreso uruguayo. Rápidamente, desde diversos frentes políticos, ha surgido oposición a la medida. Ya se encuentran pendiente de aprobación propuestas de ley para permitir el cultivo de pequeñas cantidades de marihuana para consumo personal. Entre quienes integran el movimiento local para la reforma de políticas sobre la marihuana, muchos prefieren este último enfoque, incluyendo la adopción de “clubes de cannabis” como los que operan en España, y rechazan la idea de un monopolio estatal sobre el cultivo y la venta de marihuana. Funcionarios del gobierno han indicado su disposición a considerar más adelante tales iniciativas, pero insisten en la necesidad de contar con mecanismos estatales para garantizar un estricto control al momento de lanzar la iniciativa.
Siendo por lejosla droga ilícita de consumo más difundido y que se produce más ubicuamente, la marihuana presenta riesgos comparativamente menores que muchas otras sustancias (incluyendo drogas legales). Un enfoque prohibicionista a la marihuana causa considerables daños a quienes resultan atrapados en el sistema judicial penal. La aparición de actitudes más tolerantes hacia la marihuana en muchos países, incluyendo los Estados Unidos, sugiere que, tarde o temprano, los gobiernos locales, estatales y nacionales empezarán a virar hacia la creación de mercados legales y regulados y, de este modo, a reducir parte de las ganancias que actualmente enriquecen a organizaciones delictivas. Uruguay es, encomiablemente, el primer país en anunciar oficialmente un esfuerzo por avanzar en esa dirección.