"Políticas de tolerancia cero contra el cannabis son inútiles y poco realistas"

Martin Jelsma, especialista holandés
Junta Nacional de Drogas (Uruguay)
Martes, 2 de octubre, 2012

El especialista holandés Martin Jelsma sostiene que el fundamento de la prohibición del consumo de marihuana en las convenciones internacionales careció de base científica y agregó que ningún comité sanitario repetiría las recomendaciones prohibicionistas sobre el cannabis. Recordó que en las advertencias de la prohibición “hay una fuerte dosis de moralismo” que no requiere pruebas científicas para la toma de decisiones.

En la sala Maggiolo de la Universidad de la República el martes 2 de octubre disertó el coordinador del programa Drogas y Democracia del Transnational Institute, Martin Jelsma. En su ponencia profundizó sobre la introducción del cannabis en los sistemas de control de drogas de las Naciones Unidas, sus inconsistencias históricas y científicas, y las distintas opciones de reforma del sistema.

Jelsma relató que en 1894 una comisión de la India redactó un informe de tres mil páginas y en sus conclusiones recomendaba la regulación del mercado del cannabis, entre otras acciones similares a las impulsadas por la actual Administración. “Después de todo este siglo de intentos ineficaces de hacer el control de otra forma, son las conclusiones que básicamente podemos observar, entre ellas que Uruguay podría ser el primer país que tome estas recomendaciones”, afirmó el especialista holandés.

Además recordó que las políticas de “tolerancia cero” contra el consumo de cannabis fracasaron por ser inútiles y poco realistas. También consideró que los tratados internacionales tienen notorias inconsistencias y el mercado de drogas plantea nuevos desafíos con la introducción de otras sustancias, sobre todo las de producción química. También señaló que si la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) permite el uso tradicional de la hoja de coca —impulsada en Bolivia— la prohibición del uso de la marihuana se convertiría en una decisión insostenible.

Los informes sin rigor científico sobre la marihuana derivaron en una prohibición centenaria

Jelsma explicó que, si bien las distintas convenciones sobre drogas no incluyeron la marihuana, en 1925 se introdujo el cannabis a solicitud de Egipto —Estado que aceptó firmar el Convenio Internacional del Opio de Ginebra a cambio de incorporar a la marihuana como parte de las sustancias prohibidas—. El especialista rememoró que en aquel momento, la delegación egipcia sostuvo, sin pruebas científicas, que la marihuana ocasionaba entre el 30 % y el 60 % de los casos de demencia en su país.

"Después de la Segunda Guerra Mundial —explicó Jelsma— la obra del argentino Pablo Osvaldo Wolff sostenía el prejuicio contra el cannabis sin pruebas científicas y en 1955 la Organización Mundial de Salud (OMS) respaldó la prohibición, hecho que sostiene las decisiones de la JIFE. La Convención contra el Tráfico de Estupefacientes de 1988 declaró la guerra militar contra las drogas.

Sin embargo, Jelsma recordó que la propia Organización Mundial de la Salud cuestionó la clasificación de la JIFE sobre el cannabis y su sustancia psicoactiva, el tetrahydrocannabinol (THC), desde 1971 hasta hoy. Afirma que ningún organismo internacional de salud sostendría hoy las recomendaciones contra la marihuana.

Luego detalló las distintas reformas impulsadas sobre el consumo de cannabis, como la despenalización para el uso personal, los coffee-shops en los Países Bajos, la marihuana de uso medicinal en Estados Unidos, los clubes sociales españoles, y la propuesta de regulación del mercado en Uruguay.

Las interrogantes del público presente en la sala Maggiolo se concentraron en los aspectos prácticos de las prohibiciones. Por ejemplo, Jelsma explicó que la promulgación de la Ley Seca en Estados Unidos de 1936 —el mismo año que se firmó la convención para la supresión del trafico ilícito de drogas nocivas— potenció a las mafias y centralizó el mercado del alcohol en sustancias más concentradas y dañinas. Recordó que en los motivos de la prohibición “hay una fuerte dosis de moralismo, que no requiere pruebas científicas para la toma de sus decisiones y, por tanto, no utiliza la evidencia en la estructuración de su lógica”.

También agregó que la “guerra militar contra las drogas” tuvo un papel importante para justificar las políticas militares de los Estados Unidos durante los años 80 y sirvió como puente entre la “guerra fría” y la “guerra contra el terrorismo”, sin embargo descartó que las políticas prohibicionistas del cannabis sean una herramienta de control social.