Propuestas para enfrentar el problema de las drogas

Andrea Domínguez
Comunidad segura
Jueves, 28 de julio, 2009

Una política de drogas basada en el respeto absoluto de los derechos humanos, articulada a partir de un enfoque de salud pública y que privilegie la investigación científica y la prevención de la drogadicción es la propuesta que formularon los asistentes al Seminario temático "Política de Drogas: Avances y Retrocesos". La abogada y profesora de la Universidad Federal de Río de Janeiro, UFRJ, Luciana Boiteux, subrayó la disparidad que existe entre la despenalización del consumo y el endurecimiento de la penalización de la venta de drogas que estableció la Ley de Drogas de 2006.


DSC_2476.jpgUna política de drogas basada en el respeto absoluto de los derechos humanos, articulada a partir de un enfoque de salud pública y que privilegie la investigación científica y la prevención de la drogadicción es la propuesta que formularon los asistentes al Seminario temático “Política de Drogas: Avances y Retrocesos”, realizado en Río de Janeiro por Viva Rio y la Universidad Federal de Rio de Janeiro.

La propuesta articulada por los asistentes al encuentro a través de un taller participativo, será presentada ante la Conferencia Nacional de Seguridad Pública, Conseg, a realizarse en Brasilia el próximo mes de agosto. La Conseg será la primera conferencia nacional de seguridad que se realiza en Brasil, en un esfuerzo por democratizar las discusiones sobre políticas relacionadas con la seguridad en el país.

En el Seminario se dieron cita muchas de las personas directamente involucradas en la investigación, diseño y ejecución de políticas de drogas, entre ellas, el Secretario de Derechos Humanos, Paulo Vanucchi y el Secretario de Asuntos Legislativos del Ministerio de Justicia, Pedro Abramovay quienes resaltaron la importancia del Seminario, como una manera de participación de la sociedad civil en el diseño de la política de drogas.

ministros.jpgEl ministro Vanucchi destacó el consenso que ya existe entre el Ministerio de la Justicia, el Ministerio de Salud y la Secretaría de Derechos Humanos sobre la importancia de abordar nacionalmente el tema como un asunto de salud pública, dentro de la estrategia de reducción de daños. Sin embargo, advirtió que para avanzar en el debate con otros sectores es preciso abordar debates sin tabúes sobre todos los temas pero con una actitud siempre conciliadora. “Personalmente, creo que lo mejor es evitar estrategias de ruptura e intentar mantener un diálogo amplio con todas las posturas… Todo tiene que ser discutido sin posiciones rígidas, pero sin subestimar el conservadurismo que todavía persiste en sectores de la sociedad brasileña”, reconoció.

Los demás integrantes del ejecutivo que estuvieron presente durante la instalación o clausura del evento concordaron en que la actual legislación sobre drogas es insuficiente y declararon su compromiso de buscar soluciones en el corto plazo. “La ‘Nueva Ley de drogas’ de 2006 representa algunos avances, como el no encarcelamiento del usuario pero es aún incompleta y ambigua”, reconoció Paulina Duarte quien recibirá el pliego de principios y directrices esbozados por los participantes del Seminario-taller y los llevará a la Conseg.

Frente a frente

Por su parte, los investigadores del tema y los activistas que trabajan codo a codo con las comunidades, manifestaron su enorme preocupación por la lentitud de los avances y pidieron acciones concretas, especialmente en lo que tiene que ver con la violencia desencadenada a partir de la lucha contra el tráfico de drogas.

“Todos los días viene una madre a llorar en mi hombro la muerte de su hijo. Sólo vengo a hacer una pregunta: ¿la venta de drogas en el puesto de periódicos de la esquina acabaría con las muertes de jóvenes? La legislación viene evolucionando en Brasil, la práctica no. Cada día aumenta el consumo de crack en menores cada vez más jóvenes, ¿la legalización resolvería? ¿Hasta qué punto?”, formuló abiertamente la doctora Margarida Pressburger, presidenta de la Comisión de Derechos  Humanos de la Orden dos Advogados do Brasil.

Luciana.jpgLa abogada y profesora de la Universidad Federal de Río de Janeiro, UFRJ, Luciana Boiteux, subrayó la disparidad que existe entre la despenalización del consumo y el endurecimiento de la penalización de la venta de drogas que estableció la Ley de Drogas de 2006. Si bien destacó como un avance el hecho de que el consumo haya dejado de ser delito, consideró desproporcionado que se establezcan penas de hasta cinco años de prisión por la venta al menudeo de pequeñas cantidades. “La venta de drogas está catalogada como crimen hediondo en la legislación brasilera, es decir, como un crimen peor que el hurto”, dijo.

Boiteux, autora de una investigación sobre las características de las personas condenadas por tráfico de drogas, recomendada por el Ministerio de la Justicia y que será publicada en una semana, dijo que 66,4% de los aprendidos por tráfico de drogas no tienen antecedentes penales; 91,9% son capturados en flagrancia; 60,8% actúan solos, es decir, independiente de grupos delincuenciales; 14,1% portaban armas y 83,9% son hombres. Además, su pesquisa arrojó que 58% de los capturados por ese delito son sentenciados a penas de cinco años y que en muchos casos la pena máxima se aplica más por prejuicio de los jueces que por motivos justificados, ya que al establecerse que el capturado vive en una favela es estigmatizado y se presume su envolvimiento con el grupo criminal que actúa en el sector.

“Es necesario estudiar quiénes son estos jóvenes; no se les está dando la opción de una pena alternativa o una vía para que se reinserten en el mercado laboral sino que por el contrario, salen de la cárcel con un postrado en criminalidad y totalmente estigmatizados”, afirmó Boiteux.

Graciela Touze, representante de la organización argentina Intercambios, señaló la semejanza con el caso argentino en el que la mayoría de las personas sentenciadas por tráfico de drogas son hombres jóvenes que no tenían ningún antecedente criminal, que son hallados en la vía pública en posesión de dosis mínimas de droga, desarmados y a los que les es aplicada la ley de manera severa.

Otros invitados internacionales hablaron de medidas novedosas que se están implementando en otras latitudes. El periodista Glen Greenwald expuso el caso de la descriminalización del consumo que ya completa ocho años en Portugal, con buenos resultados tanto para la disminución del número de consumidores como para los índices de seguridad.

El abogado peruano Ricardo Soberón, expuso varias iniciativas de la región andina, entre ellas el indulto a cerca de 3.000 pequeños expendedores de droga que han recuperado la libertad en Ecuador, como parte de una política de persecución a los grandes traficantes en lugar de encarcelar a los responsables de la distribución de pequeñas cantidades.

Manos a la obra

grupinho_1.jpgCon el objetivo de convertir estas discusiones en propuestas concretas que puedan alcanzar una órbita mayor, la segunda parte del seminario fue un taller en el que los participantes discutieron una serie de ideas para proponer una lista de principios y directrices para ponerlas a consideración de la Conseg.

El primero de los principios propuestos es una visión sistémica de la política de drogas: una visión que aborde el fenómeno desde una perspectiva interdisciplinaria y bajo la cual los sectores de salud, educación, justicia y policía participen de su implementación de manera articulada.

Otro de los principios destacados fue el respeto y promoción de los derechos humanos. Todos los participantes concordaron en que este enfoque debe ser subrayado en la política de drogas. Además, forma parte importante de la propuesta la investigación científica para sacar el debate del ámbito puramente especulativo y llevarlo a un terreno más informado y racional.

Para los participantes del taller, la prevención debe ser pieza fundamental de la política de drogas en el entendido de que “un mundo libre de drogas”, según la premisa de la ONU, es utópico y que en su lugar debe haber una eficiente movilización de recursos y esfuerzos para prevenir el abuso de sustancias estupefacientes.

Entre las directrices para implementar dichos principios, el grupo recomendó, entre otras, las siguientes: valorizar saberes locales en la construcción de las políticas sobre drogas; capacitar y cualificar profesionales que trabajan con las drogas; respetar la diversidad cultural; promover un debate amplio en la sociedad; demilitarizar las acciones y metodologías; ampliar las posibilidades de penas alternativas y de libertad condicional reduciendo las opciones de prisión; ampliar las estrategias de reducción de daños y crear organismos que fomenten la investigación del problema y la reinserción social de los dependientes.

Las propuestas llegan en un momento propicio al cambio. Según lo explica Rubem Cesar Fernandes, director ejecutivo de Viva Rio, el debate a nivel internacional está abierto y prueba de ello fue la ruptura del consenso en la Comisión de Estupefacientes de la ONU. A nivel regional, dijo Fernandes, se están presentando varios cambios segmentados, tanto a nivel de temas como de regiones, que poco a poco se irán articulando.

Dentro de Brasil, parte de esa articulación comienza con este Seminario y sus propuestas para la Conseg.

Fotos: Rodrigues Moura