Negar el placer es una mala política preventiva de adicciones
El exceso y la adicción no se relacionan con el placer, sino con la ansiedad
Lunes, 22 de mayo, 2017
Las conductas que son premiadas con el placer no se eliminan exclusivamente con el miedo, las normas y las prohibiciones. Intentar comprender y, en su caso, modificar las conductas de las personas sin tener en cuenta las emociones positivas, la satisfacción y las mil maneras que adopta el placer, incluida esa que llamamos felicidad, es vivir fuera de la realidad. Hay dos cosas que enturbian el debate sobre prevención y placer. La primera, un concepto erróneo de hedonismo que lo identifica con el placer inmediato y el exceso, y la segunda, que en materia de drogodependencias seguimos instalados en una ideología puritana: si negar el placer es una mala estrategia preventiva, estigmatizarlo es aún peor.